martes, 1 de julio de 2014

                       Capitulo 4 - Sinapsis de un rejunte

Mi manifiesto siempre es una ausencia, o varias ausencias. Si me deprimo, me deprimo; nada mas me interesa. Es un hueco dentro de un hueco, dentro de otro hueco mas; un hueco con aroma a manzanilla, manzanilla de la infancia, seguro nunca la recolectaste fresca en un baldío, por lo menos no como yo, en mi infancia, dentro del hueco.

Cada quien me hizo lo que soy, me lleno de espinas rotas que no pueden lastimar a nadie, ni en defensa de mi pensamiento, ni de mi intelecto, ni de mi propio amor o el ausente. Es como si llevara un cartel colgado del cuello donde me critico a mi misma, para ahorrarles el trabajo a algunos tantos y que pasen de pagina enseguida.

Un resentimiento que me congestiona la vida, como he dicho en muchas oportunidades cambiando el sustantivo, si es que es un sustantivo. No se si alguna vez a alguien le intereso que supiera sobre análisis sintáctico a pesar de verme quemarme las pestañas sola en mi cuarto. Mi malestar respecto a eso lo supere el año pasado, cuando me di cuenta que mis fallos son solo mis fallos.

Si diéramos ordenes a nuestro ser de hacer lo que manifiestan por dentro, de infringir los pensamientos ajenos y buscar una propia cuerda, subir al techo de nuestro espíritu e irradiar un aura propia, que nos lleve por los caminos correctos o incorrectos, lo que vos dispongas entre el llanto, la risa, la cuerda y el techo.

Mi manifiesto siempre es ausencia.